"Todo lo que hacemos tiene un impacto en el planeta"
Marcas

29 Abril 2021

"Todo lo que hacemos tiene un impacto en el planeta"

"Todo lo que hacemos tiene un impacto en el planeta"



Esta historia comienza como pocas. Descontento, revuelta, pasión, interés y entusiasmo. Todo mezclado en un joven rebelde de los años 50, apasionado por las causas medioambientales, la naturaleza y los deportes extremos. ¿Su nombre? Yvon Chouinard, el fundador de lo que hoy sería Patagonia.


Chouinard era aficionado a la escalada y un día se dio cuenta de que los clavos de hierro que se utilizan en este deporte eran un atentado contra la naturaleza. Esto se debió a que los clavos tenían que ser dejados en las rocas. Por eso, en 1957, el fundador de Patagonia decidió crear un pitón de acero templado con cromo y molibdeno en el garaje de la casa de sus padres. Ese fue el punto de partida de la marca, que se ha distinguido como creadora de equipos respetuosos con el medio ambiente.  Vendiendo cada pitón a un dólar y medio, Chouinard tuvo tanto éxito que decidió crear Chouinard Equipment, donde más tarde se asociaría con su amigo Tom Frost.


En los años 70, la empresa ya era noticia. La sostenibilidad era una de las características diferenciadoras y muy respetada. Un ejemplo de eso fue la suspensión del equipo de escalada que representaba el 70% de las ventas, ya que seguía destruyendo las rocas. Pero Chouinard no se quedó ahí y creó una de las mayores novedades de la época: un pitón de aluminio reutilizable.


Sin embargo, a pesar del éxito, el margen de beneficios de la empresa era escaso y el empresario decidió invertir en la industria de la ropa deportiva para exteriores. La influencia vino de unas vacaciones en el Reino Unido, donde descubrió que la ropa utilizada en el rugby era ideal para la escalada por su resistencia. Y así, en 1973, nació Patagonia, inspirada en el imponente monte Fitz Roy, en la región sur de la Patagonia.


Una apuesta arriesgada, la ropa deportiva era una novedad poco explorada y fue en los años 80 cuando alcanzó la fama. Con una apuesta en ropa colorida, Patagonia se convirtió en una tendencia y el departamento de ropa tuvo más éxito que el de equipamiento técnico.


Pero Chouinard no podía detenerse y en 1996 volvió a innovar cuando decidió cambiar la línea de algodón normal por la de algodón orgánico, al enterarse de que el uso de pesticidas en las plantaciones contaminaba los ríos y a los trabajadores. Arriesgaba el 25% de sus ventas anuales y aumentaba los costes de producción teniendo en cuenta que el algodón ecológico era tres veces más caro que el normal. Las prioridades cambiaron y el uso de materiales naturales y reciclables se convirtió en la norma y el activismo medioambiental en parte de la identidad de la marca.




 

Actualmente, la marca aboga por el capitalismo consciente, a través de campañas que hacen que el consumidor se cuestione si realmente necesita ese producto y que ayudan a aumentar el ciclo de vida de la ropa. La marca sugiere a los clientes que compren poco, incluso sus productos. En Patagonia se cree que la contribución de las empresas a la sociedad debe ir más allá del beneficio.


 


Una empresa no es nada sin sus trabajadores

 

Los trabajadores de las fábricas de la industria de la confección están entre los peor pagados del mundo. Para Patagonia, no basta cuidar el planeta. También se debe cuidar de los que están en él y a los que se cruzan en su camino.


Aunque la marca no es propietaria de ninguna de las plantas de producción, Patagonia tiene varios programas destinados al bienestar de los trabajadores. Lo que ocurre es que la marca paga un extra por cada pieza que se produce. Este dinero se entrega directamente a los trabajadores que luego, entre ellos, deciden cómo quieren utilizarlo, ya sea para la creación de guarderías o para sus propios gastos. Además, los programas también promueven la salud y la seguridad de los trabajadores. Así, cada vez que veas las palabras Fair Trade en la etiqueta puedes estar seguro de que quien ha hecho tu camiseta ha sido valorado y tiene un entorno de trabajo digno.


Hasta la fecha, el programa de Fair Trade de Patagonia ha llegado a más de 72.000 trabajadores en diez países de todo el mundo. El 82% de la línea actual de la marca cuenta con la certificación de Fair Trade.






Además, Patagonia tiene a disposición de sus empleados un programa de voluntariado que permite a cualquier empleado tomarse hasta dos meses de permiso para ir de voluntario a una organización de su elección. Durante ese tiempo, el empleado sigue recibiendo su salario normal y tiene derecho a todas las prestaciones, igual que si estuviera trabajando.


Desde un pequeño objeto clavado en las rocas, hasta una gran marca sostenible. Esta ha sido la trayectoria de la Patagonia, vinculada a los deportes al aire libre que no requieren motor. No en vano, lo único que importa es tener una mayor conexión con el planeta y la naturaleza.



Consulta los productos de la Patagonia que tenemos disponibles en nuestra página web aquí.

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